Quietud:
Los suaves tonos pastel de la luz del amanecer silenciosamente anuncian que la noche ha terminado y que el Sol está naciente. El lago por sí mismo no ha despertado aún de su descanso y se mantiene quieto e imperturbable.
Da la bienvenida al nuevo día presto a responder con gracia y fluidez a cualquier corriente o movimiento que aparezca en su vientre o sobre su piel.
La vegetación que lo rodea prospera de la abundante agua cerca de la costa, y el barco desocupado se encuentra en espera de su próximo pasajero. Todo está en reposo en la escena.
Es en la profunda quietud interior donde encontramos nuestro Ser y vemos que estamos íntimamente unidos con toda la Creación.
Para lograr esta mentalidad, debemos reducir la velocidad de vez en cuando y alejarnos de los alrededores que interfieren y distraen nuestra tranquilidad interior.
Cuando lo hacemos, esta profunda quietud está disponible en todo momento, independientemente del entorno. Podemos experimentar esta sensación con una respiración constante y consciente; o podemos simplemente hacer una pausa por unos momentos y estar quietos.
«La quietud no solamente relaja la mente sino también eleva la consciencia y los sentidos»
¡Que la magia amorosa de la Naturaleza transforme tu corazón!