El Cielo (el Cosmos, el Sol), es la energía masculina, el principio creativo, la acción, la dirección y la voluntad. El Cielo te ayuda a recordar tu origen espiritual y divino. El Cielo y el Elemento Aire están relacionados.
La Madre Tierra y el Padre Cielo, son los engendradores de la vida en este planeta
También podemos adquirir la energía de Vital conectando con ella a través de una meditación del elemento Aire que está en el Cielo.
El Aire hace que todo se mueva y fluya.
Es ese empuje de fuerza de voluntad y pasión para andar por la vida y tomar definitivamente tu lugar.
También te ayudará a mejorar tu comunicación y resolver todos los problemas relacionados con la piel y tu sistema respiratorio.
El Aire es además el elemento del Chakra Corazón, nuestro centro de amor y compasión.
Aire es en meditación, el aliento. Ideas, pensamientos, palabras y proyectos.
Empecemos…
En esta meditación no es necesario estar en el exterior ni que corra el aire pero, en caso de hacerlo bajo techo, es recomendable abrir una ventana para no sentirnos demasiado encerrados.
- Crea el círculo de meditación, sitúate sentado en el centro del vórtice. Saluda Namaste.
- Respira suavemente y cierra tus ojos. Siente cómo tu respiración va llenando tu abdomen inferior de aire y al vaciarse siente cómo esa aire sale tibio por tu nariz. Siente el aire que entra en tus pulmones al inhalar, respirando suavemente. Siente cómo se expanden y contraen tus pulmones,
- Lo importante no es estar tensa, sino relajarte y tener una posición cómoda. Relaja cada miembro y siente cómo pesan tus párpados, cómo caen tus brazos y cómo se conectan las plantas de los pies con la tierra.
- Lleva la atención a la cima de la cabeza, percibe que se abre y penetra una radiante Luz Iridiscente (Luz blanca con matices tornasolados, plateados y dorados) que viene de lo Alto, del Elemento Aire, de las Nubes (que son vapor de agua), del Cielo, del Sol.
- Imagina cada uno de los átomos que están ingresando en tu cuerpo con la respiración. Trata de percibir la información que estos átomos te traen, pues han pasado por millones de cuerpos antes de llegar al tuyo. Han transitado por animales, plantas, océanos, personas y hoy llegan a ti, para seguir su viaje en el éter. “Siente” la información. Percibe las experiencias que traen esos átomos, trata de sintonizarte de alguna manera con todo lo que te dicen.
- La Luz blanca, la energía del Todo, recorre tu cuerpo, impregnándolo, llenándolo de esa luz transparente que limpia y renueva toda tu energía. Concentra tu atención en esta luz y ve cómo sale por los dedos de tus manos, las plantas de tus pies y la base de tu columna vertebral. Observa cómo se lleva todos tus males, trasladándolos al centro de la Madre Tierra… al llegar ahí, son transformados en una nueva Luz Iridiscente que asciende al Cielo ante ti, con la energía vital renovada. ¿Que percibes? Tómate tu tiempo para descifrarlo.
Cuando finalices el ejercicio, incorpórate nuevamente con suavidad, disfruta de este momento de paz y tranquilidad. Instantáneamente te sabes sostenida y amada hasta lo infinito. Estás enlazada al Cielo y a la Tierra y disolviendo tus límites: “Madre / Padre”
Cuando conectas con esta sabiduría, te das cuenta de que cada uno de nosotros ocupa un lugar necesario en el Universo y que, pase lo que pase, siempre vamos a ser sostenidos y guiados.
Contar con unos Padres que te aman y te apoyan, que confían en ti y que jamás te van a juzgar, en verdad te da fuerza y seguridad.