Los dragones verdes, o dragones de los bosques, son seres de un tamaño bastante aceptable que suelen habitar en zonas con abundante vegetación. Sus escamas son negras en el momento de la eclosión pero, con los años, se vuelven de un precioso verde esmeralda, quedando el dragón totalmente camuflado entre los árboles.
Tras ésto es fácil ver y sentir a estos guardianes. En algunos lugares son tan vistosos y enormes que pueden parecer sentados sobre la cima de una montaña o de grandes estaturas y tamaños. Pero también los hay más pequeños, como de hasta centímetros en caso de pequeños jardines.
Se les puede sentir o presentir como sombras que cruzan rápidamente el bosque, nos rodean o nos vigilan cuando aparecemos en su lugar, y cuando nos reconocen y nos aceptan, entonces se quedan quietos, permitiendo que estemos allí.
Fuente: Santuario Del Alba