Los duendes son seres elementales de tierra (en este aspecto, estarían emparentados con los gnomos y los enanos). Cuando son visibles, se los suele describir como de baja estatura, a veces pequeños como ratones, o incluso prácticamente invisibles, otras veces de la talla de niños pequeños.
En cuanto a su comportamiento, son afines a la tierra: bosques, minas, metales, etc. Se los suele definir como “traviesos”, disfrutan gastando bromas, asustando a la gente, escondiendo cosas, o cambiándolas de sitio. En algunos casos pueden ser más amigables, e incluso favorecernos con su magia, darnos suerte, o proteger nuestras pertenencias.
Si en casa se pierden las cosas de una manera extraña, puedes decirles a los duendes que estás feliz que sean parte de tu hogar y que son bienvenidos y que les pides que, por favor, te ayuden a que las cosas no se pierdan y que las cosas perdidas aparezcan. Y agradéceles con amor.
Verás qué pronto aparecen esas cosas y que dejan de desaparecer de la vista.
No es fácil calcular cuántos tipos de duendes existen. Dada su naturaleza inmaterial y esquiva, hacer una clasificación completa y exhaustiva es una tarea inabarcable. Estaremos comentando más sobre estos maravillosos amigos en artículos posteriores.