Siempre se ha representado al unicornio como un animal fabuloso de naturaleza honrosa y pura. La criatura es idéntica a un caballo, pero lo que le diferencia de éste es un largo cuerno recto, en forma de espiral, situado justo en medio de su frente. Además, los unicornios son siempre de color blanco, simbolizando pureza.
Se cuenta que son seres solitarios, que viven apartados y a los que el resto de los animales respeta.
Se dice también que no se dejan ver más que por los puros de corazón y que, entre ellos, solo los más puros, los hechos de bondad y ternura, sólo esos pueden tocarlos.
En cualquier caso, los Unicornios son un símbolo. Representan fuerza, libertad, imaginación, sueños, ilusiones… Aunque pasado el Romanticismo pocos historiadores se refirieran a ellos más que para desmentir supuestas apariciones, los unicornios de alguna manera están presentes, porque lo que simbolizan sigue existiendo. Las ilusiones, el deseo de libertad, la fuerza de la naturaleza, las ganas de soñar… Tal vez todavía hoy sigan ahí paseando entre los árboles de un bosque.
Tal vez si tú eres una de esas personas en las que reina la ternura y paseas de cuando en cuando por las cercanías de algún bosque, te parezca ver una luz extraña entre los árboles. Y puede que sea algún rayo de sol reflejándose en un cuerno de Unicornio…
Los unicornios son en fin, una realidad en el mundo espiritual de quienes quieran verlos, nos ayudan a correr los velos que tenemos en el tercer ojo para poder ver desde el corazón y con el alma lo que nuestros guías y maestros desean mostrarnos, ampliando así nuestras capacidades psíquicas y desarrollando la clarividencia. Tú decides, ¿crees o no?