Flexibilidad…
¡Mira cuánta flexibilidad hay en la naturaleza!
Mira cómo las raíces de los árboles se extienden en la tierra que los sostiene superando las piedras que encuentran adaptando su lecho a los obstáculos que surgen en su camino. Tal como el agua del río corre hacia el mar. Tal como el viento desliza sus dedos entre as verdes copas de las plantas que ondean y se doblan secundando la fuerza que las contrasta.
Hay mucha inteligencia en esta aparente sumisión. Fíjate cuan dócilmente la dureza se rinde frente a la suavidad sin renegar por ello de la esencia de sí misma.
La forma que se endurece para oponerse a una fuerza que la embiste sólo puede resistir durante cierto tiempo pero, tarde o temprano, está destinada a romperse, a partirse.
¡Cuántas veces tú mismo emprendes esta lucha contigo mismo!
¡Cuánta energía preciosa disipas sin saberlo en el intento de mantener inalterada la forma acostumbrada!
La naturaleza del pensamiento es fluida y flexible como el aire.
La esencia de los sentimientos tiene la fluidez tenaz del agua que, gota a gota, penetra en la roca para finalmente manar de un manantial que crece muy pronto en torrentes y luego en ríos hasta volver al mar.
¿Qué ocurre cuando te sumerges en el agua? Se desplaza para dejarte sitio. Y, cuando te mueves y andas, el aire hace los mismo.
Piensa en ello. Tal vez el problema estriba en la idea que tienes del espacio que piensas que es tu cometido ocupar y defender. El espacio es fluido e infinito, es conciencia, es pensamiento.
Ser flexible no significa humillarse sino buscar dentro de sí mismo las respuestas creativas a los percances, saber acudir a la naturaleza creativa del pensamiento.
Es en el encuentro con tu propia flexibilidad que, al verla, podrás comprender las oportunidades que te brinda. Si cedes con flexibilidad a tus propios «pre-juicios» te resultará mucho más fácil comprender el sentido y el mensaje de lo que te obstaculiza y tu lucha se aplacará en un lago de paz.
Mensaje de la dríade de la Higuera:
Con suavidad pregúntate cuál es el comportamiento ante el cual reaccionas endureciéndote cuando alguien o algo te contradice de alguna forma.
Visualiza tu reacción y lo que sientes cuando sucede.
Ahora imagínate actuando con amor, de forma distinta de la habitual y escucha lo que sientes en tu interior.
¿Hay algo que resuena de forma más armoniosa?
Respira hondo y siente… escucha.
El amoroso Poder de la Vida fluye rápidamente en ti y da fuerza a tus pensamientos creativos y a tus sentimientos.
Ofrece a ese Poder, que está en ti y por doquier a tu alrededor, esa peculiar rigidez tuya imaginando que se rompe en millones de chispas de luz.
Agradece desde tu corazón el cambio que el Amor produce en ti.