Las piedras han sido utilizadas desde hace muchos siglos como herramientas para curar, además de aprovechar su belleza como elementos decorativos.

Y es que tienen una cierta energía electromagnética que, en contacto con una parte de tu cuerpo, es capaz de absorber la energía desequilibrada.

Cuando trabajas con piedras energéticas, o las tienes con algún fin concreto más allá de un simple adorno, debes hacer un pequeño mantenimiento sobre ellas para que siempre estén cargadas y en óptimas condiciones para su uso.

Aquí te dejamos tres consejos para que tus piedras energéticas estén siempre al 100% de su capacidad.

Limpia tu piedra

Las piedras energéticas van perdiendo su energía con el paso del tiempo. Ten en cuenta que siempre están actuando y llega un momento en que se descargan, como si se tratase de la pila de un reloj.

Debes limpiar tu piedra de la siguiente manera: sumérgela durante toda una noche entera en agua con sal; es preferible que utilices agua de mar, pero si no la tienes disuelve un puñado de sal en un vaso de agua.

Al día siguiente lava tu piedra bajo el grifo hasta eliminar cualquier rastro de sal que pudiera tener, y guárdala en un lugar oscuro. Yo te aconsejo que la metas dentro de una bolsa de tela oscura.

En la próxima luna llena pon tu piedra durante toda la noche sobre el alféizar de tu ventana, en la parte exterior; trata de que le den los rayos de luna para que pueda cargar su energía.

Programa tu piedra

Programar una piedra significa cómo debes utilizarla para sacarle todo su potencial, es decir, cómo debes orientarla hacia el propósito que te hayas propuesto con ella. Por ejemplo, en posición de meditación sujeta la piedra con la mano izquierda y pon tu mano derecha sobre la rodilla derecha.

Cierra los ojos y centra toda tu atención sobre la piedra. Piensa en el propósito que deseas conseguir para que su energía entre en consonancia con tu deseo y así logras tu objetivo.

Otra opción es llevar tu piedra a modo de colgante con un “Mala”. Esto también es muy bueno para ti porque la llevas cerca de tu corazón, un lugar mágico para tu piedra y la energía.

Guarda tu piedra

Debes guardar la piedra en un lugar especial para protegerla. Si la llevas contigo a modo de amuleto, métela en una bolsita de tela o en una cartera donde vaya protegida.

Esto también ayudará a que no se descargue tan pronto.

   

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