Cuentan que, en la noche de Samhain, todas las barreras se derriban y los diferentes mundos se comunican. Esta noche es la noche del 31 de octubre y las hadas celebran el fin del verano y de la última cosecha preparándose para un tiempo de descanso.
Cantan y bailan hasta la tarde del 1 de noviembre.
La cortina tejida con hilos de plata, tiempo y secretos, que oculta a las hadas, desaparece y entonces, pueden ser visibles, incluso, por los que no creen en ellas.
Las hadas, como todos saben, son los pequeños genios del aire, están encargadas de que los sueños de los humanos se hagan realidad y esa noche van a estar muy cerca de nosotros.
Puedes pedirles algo especial, algo que para ti sea muy importante.
Y debes preparar un regalo para recibirlas. Les encantan las cosas brillantes.
Pon cerca de las ventanas un dedal con miel y un platito con canela, esos aromas y esos sabores les atraen enormemente
Cierra los ojos y mentalmente haz tu petición de manera muy sencilla, como si hablaras con unos amigos muy queridas. Diles lo que necesitas.
Y es posible que notes, un aleteo, un suave aleteo o una suave brisa, que te confirme que las hadas, las que siempre están en tu tejado, aunque no las veas, ni las sientas, ese día, te saludan.
Las hadas no toman la materia, toman la esencia de ella, así que a la mañana siguiente puedes retirar el dedal y el platillo y limpiarlos.
La magia es eso. Soñar e imaginar. Esa es la manera de saber que están ahí.