Uno de los grupos más fáciles de reconocer entre los reinos de los Ángeles de la Tierra son los Elementales Encarnados. Al igual que los Ángeles encarnados, ellos tienen rostros angelicales.

Los Elementales encarnados también se parecen físicamente a sus homónimos, es decir, hadas, elfos, duendes, gnomos, animales encarnados y unicornios. Y además de los ángeles de la guarda que todos tenemos, este grupo tiene a las hadas como espíritus protectores.

¿Eres un Ángel de la Tierra?

Si es así, conocer tu reino de origen espiritual te ayudará a comprender mejor tu personalidad, tu comportamiento y tus peculiaridades individuales.

Muy a menudo, los miembros de este grupo tienen el pelo rojizo (ya sea completamente rojo, castaño o rubio fresa); y una herencia o apariencia celta, como una tez rubicunda o pecas. La excepción son las Hadas de las Flores, que suelen tener el pelo sedoso y liso, ya sea negro o castaño oscuro… y a veces rubio.

Probablemente seas un Elemental Encarnado si…

• Te preocupa mucho el medio ambiente
• Prefieres la compañía de los animales a la de los humanos
• Te enfadas mucho con la gente que abusa de los animales o del medio ambiente
• Tienes un historial de fiestas excesivas o adicciones
• Tienes un gran sentido del humor y talento para contar historias
• Es un animador nato
• Nunca has conocido una regla que no puedas romper
• Te gustan las bromas pesadas
• Rara vez te sientes culpable

Los Elementales encarnados a veces se meten en líos con su descabellado sentido del humor. Sus bromas pueden ser inoportunas, ofensivas, fuera de tono o simplemente inapropiadas. Pero una de las misiones de los Elementales encarnados es conseguir que el mundo se anime, sonría y se ría, incluso a su costa.

Fuente: Doreen Virtue

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Antes de «despertar» a su naturaleza, ellas viven como uno más aquí, y su camino en la Tierra trata de aprender y crecer, conocer su propósito y llevarlo a cabo. Allá, en su plano y mundo feérico los principios morales que las caracterizan son la unidad, la inocencia, el ayudar, libertad de prejuicios, pensar con el amor, el gozo y la espontaneidad. Al venir acá a la Tierra tienen que aprender a comprender la naturaleza humana para ayudarla a progresar.

Pues bien al encarnar como humanas, las cualidades de su mundo natural no necesariamente las acompañarán acá, han de aprender a despertar a su naturaleza y desarrollarla, crecer espiritualmente. En su vida terrestre muchas cosas las dejarán contrariadas y profundamente dolidas, como son la crueldad y la falta de respeto del ser humano hacia la naturaleza y hacia su misma propia especie. Con los años aprenderán el desapego, la tolerancia, la aceptación, el perdón y el morir a su ego.

Fuente. Doctora de hadas

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