Elemento Tierra con la Madre Tierra

La Tierra, símbolo de la energía femenina, es la fecundidad, la nutrición, el acogimiento y el cuidado.

La respiración es importante , pero debe ser natural, sin forzarla sin pensar en ella. Al empezar es recomendable prestar atención a la forma de respirar, si es lenta, agitada, pausada, rápida, corta… Y ver como evoluciona tal y como avanzas con la observación de la quema. Debemos sentirla y escucharla, pero sin pensar en ella, dejándola fluir por nuestro cuerpo. En ese momento de concentración, se puede continuar emitiendo un “mantra”, que es una frase corta o palabra que repitiéndola nos relaja.

La mejor posición es sentarse de forma cómoda en el suelo. No hace falta que sea específicamente la posición de loto, pero lo básico es que sea la postura que deje la espalda en ángulo recto para facilitar la respiración.

Primero saludar, para iniciar cualquier ejercicio espiritual el gesto de Namaste nos acompaña con su fuerza de tres.
1. Namaste arriba la cabeza… __/|\__ (Apertura)
2. Namaste en la boca …. __/|\__ (Silencio)
3. Namaste en el corazon __/|\__ (Bendición)

Solemos cerrar cualquier ritual con el 3 namaste , o bien el 2º y 3º juntos.
Estos gestos ya conducen nuestra respiración de forma autómata, que es lo que se trata. No estar pensando en aspirar, expirar. El cuerpo debe hacerlo de forma natural , nuestra mente debe concentrarse en el espiritu, no en el cuerpo. Podéis observar como lo hacéis correctamente sin necesidad de mandar a vuestra mente que lo ordene al cuerpo. Gestos y objetos os ayudan a proyectar la energía de la mente consciente hacia el espíritu (psique inconsciente), que es de lo que se trata. El cuerpo queda relajado e inactivo.

Empezamos con la conexión con la energía vital de la Tierra y purificadora al mismo tiempo Conectando con el elemento Tierra.

  • Crea un circulo de meditación, sitúate en el centro del vórtice.
  • Sentada cómodamente, respira profundamente, relaja tus músculos, en especial aquellos puntos donde existe tensión. Ahora fija tu atención en el suelo, siente su apoyo, observa el elemento tierra que te rodea.
  • Haz 3 respiraciones profundas, concéntrate en los latidos de tu corazón y a continuación visualiza cómo te salen unas raíces de color violeta de las plantas de los pies. Unas raíces que entran en la tierra y llegan muy profundo, al mismo centro de la Tierra, anclándote muy fuerte, creciendo rápidamente hasta el centro de la Tierra, conectándose con el corazón de la Madre Tierra.
  • Sentimos que la energía de Gaia la vamos absorbiendo por las raíces y que va entrando por la planta de los pies, rodillas y el primer chakra maestro (por el perineo) y sentimos como esa energía evolutiva va pasando por todo nuestro cuerpo físico y energético y por todos los chakras hasta la coronilla y como va disolviendo y arrastrando los posibles bloqueos.
  • Esa energía, cargada de nuestra involución, no la retenemos, sale por la coronilla como si fuera una fuente y vuelve a caer alrededor nuestro volviendo a la Madre Tierra para regenerarse y volvemos a retomar de nuevo por nuestros pies y chakra base. Podemos hacer esto 2 ó 3 veces, o quizás más si sentimos que lo necesitamos.
  • Tomate tu tiempo para abrir los ojos y mirar a todo tu alrededor, para sentir cómo estás.

Cuando finalices el ejercicio elegido, incorpórate nuevamente con suavidad, disfruta de este momento de paz y tranquilidad. Instantáneamente te sabes sostenida y amada hasta lo infinito. Estas enlazada al Cielo y a la Tierra, y cuando conectas con esta sabiduría, te das cuenta de que cada uno de nosotros ocupamos un lugar necesario en el Universo y que, pase lo que pase, siempre vamos a ser sostenidos y guiados.

Contar con unos Padres que te aman y te apoyan, que confían en ti y que jamás te van a juzgar, en verdad te da fuerza y seguridad.

¡Que la Magia Amorosa de la Naturaleza Transforme tu Corazón!