Vivimos en un mundo de infinitas y mágicas formas de vida

Uno de mis autores favoritos sobre el mundo del espíritu es Ted Andrews. Ted es un explorador de la naturaleza y ha encontrado, a través de observarla, la magnificencia del mundo del espíritu en ella. Y toda esta sabiduría encontrada la ha dejado escrita para nosotros en varios libros. En su libro «Animal Speak» (el lenguaje animal) relata las costumbres de los animales y explica las amorosas energías que nos brindan cuando ellos se manifiestan en nuestra vida. Otro libro que me fascina es el de «Enchantment of the Faerie Realm» (El Encanto del Reino de las Hadas) y del cual encuentro tanta sabiduría y reflexión que hoy deseo compartir contigo un segmento con una explicación que me gusta mucho.

Te la dejo para que la disfrutes:

Los humanos tenemos tendencia a la engreimiento. Nos gusta creer que somos la más elevada y la única forma de vida inteligente. En un universo tan vasto como en el que vivimos, esa actitud es arrogante. Así como hay muchas fuerzas en el universo que aún no comprendemos, también hay dimensiones y seres de vida que aún no reconocemos ni comprendemos.
Siempre habrá quien tema el contacto con cualquier ser o energía fuera del plano físico. Normalmente, las personas más vehementes al respecto también temen el contacto con otros seres humanos fuera de su raza, género y religión. Lo que se teme, a menudo se niega y se intenta destruir.
En un universo de infinitas energías y formas de vida, cualquier cosa que expanda nuestra conciencia y traiga alegría a nuestra vida sólo puede ser un beneficio. Al abrirnos primero a la posibilidad y luego a la realización de la realidad, nos abrimos a todas las maravillas del mundo que esperan ser exploradas. Nos abrimos a los misterios de la vida. Tenemos mayores oportunidades de realización, prosperidad y alegría dentro de nuestras expresiones de vida individuales.

El mundo sigue teniendo un encanto ancestral. Insinúa viajes a dominios invisibles y no cartografiados. Hubo un tiempo en que las distancias entre nuestro mundo y los que considerábamos «imaginarios» no iban más allá de un recodo de la carretera. Cada caverna y cada árbol hueco eran una puerta a otro mundo. Los humanos reconocían la vida en todas las cosas. Los arroyos cantaban y los vientos susurraban palabras antiguas al oído de quien quisiera escucharlas. Cada brizna de hierba y cada flor tenían una historia que contar. En un abrir y cerrar de ojos, uno podía explorar mundos y buscar conocimientos que iluminaran la vida. Las sombras no eran sólo sombras, y los bosques no eran sólo árboles, y las nubes no eran sólo bonitas. Había vida y propósito en todas las cosas y había una interacción amorosa entre los mundos.
Ahora ya no vemos con los ojos de un niño o de un vidente. En cambio, nos reímos y nos burlamos de los que lo hacen. Por ello, los «bienaventurados» (se refiere a los espíritus invisibles) se han retirado. Los abusos que imponemos a la naturaleza y a los demás les horrorizan y, aunque sienten curiosidad por los humanos, evitan el contacto.

Sin embargo, ningún mundo muere del todo. Esos mundos antiguos siguen existiendo, aunque las puertas de acceso son más oscuras. Ahora debemos buscarlas. Todavía hay nobles aventuras que emprender. Todavía hay ollas de oro en los extremos del arco iris, pero hay que buscarlas. Creo en hadas y duendes. Creo en árboles que hablan y en cavernas que conducen a reinos subterráneos. Sé que hay dragones y princesas y sabiduría en todas las cosas. He visto ángeles y devas y seres que trabajan con nosotros en todas las cosas. Mi mundo está lleno de color, alegría y maravillas. Toda alma tiene un propósito, pero a veces nos perdemos tanto en nuestras actividades cotidianas que nuestras vidas transcurren con poco propósito y aún menos alegría. En esos momentos, el alma -a través de su conexión con lo divino- intenta recordarnos que nos falta algo. El reino de las hadas nos recuerda que debemos mantener vivas la alegría y la creatividad. Espero que a través de este libro y sus técnicas descubras tus propias puertas a este reino e infundas nueva vida a tu alma.

~ Ted Andrews «Enchantment of the Faerie Realm»

¿Qué tal de maravillosa esta hermosa descripción de nuestro mágico mundo?

¡Abramos la mente para mirarlo a través de la admiración y poder encontrar esa magia que siempre comienza en nuestro corazón! Porque en el corazón ¡está la llave a esos increíbles reinos!