Para ver o llamar a un Merfolk (habitantes de los mares) lo suyo es acudir a donde residen. Ve a la playa y busca un lugar solitario en la arena o, aún mejor, entre las rocas y cuevas. Lo ideal para entrar en atmósfera sería hacer un ritual preparatorio marino, para vibrar al unísono con el mar. Las mejores horas son al anochecer, de noche o al amanecer, o un día frío y nublado de día (por razones obvias de intimidad) y en marea alta. El libro de La magia de los cuatro elementos de Scott Cunningham propone unos cuantos rituales oceánicos preparatorios.

Recuerda que los seres feéricos y elementales no son entes físicos, no obstante pueden hacerse visibles si se reúnen ciertas condiciones en el ambiente, si disponen de la suficiente energía y lo hacen a voluntad o si uno está entrenado (ej: apertura de la visión psíquica/espiritual). Así mismo no han de adoptar siempre la forma clásica, estate atento si ves acercarse o aparecerse algún ave, foca o incluso un ser de apariencia humana; o si escuchas chapoteos cerca tuyo.

A veces aparecen espontáneamente ya sea por su voluntad o por tu visión espiritual (si la tienes o la has entrenado o se haya activado por reunirse en el momento idóneas condiciones mágicas).

• Atráelas depositando en las rocas una ofrenda de algas secas y una pequeña red con sal de roca

Si logras ver una y tenerla lo suficientemente cerca y le arrebatas su corona de algas, sombrero o cinturón de conchas quedarán sujetas a éste mundo y a ti hasta que se las devuelvas. ¿Será?

Fuente: Doctora de hadas